Wednesday, May 31, 2017

Por siempre misericordia

Por siempre misericordia. El Señor nos dejó innumerables enseñanzas y muestras de misericordia en su Palabra: >LA PARÁBOLA DE LOS DOS DEUDORES: Un llamado a tener misericordia y perdonar de corazón las ofensas del prójimo hacia nosotros. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. 33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Mateo 18:32-33 >LA CURACIÓN DEL LEPROSO: Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme. 41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio. 42 Y así que él hubo hablado, al instante la lepra se fue de aquél, y quedó limpio. Marcos 1:40-42 >LA LIBERACIÓN DEL GADARENO: Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo… 18 Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti. Marcos 5:15,18-19 Observa en estos ejemplos la condición de las personas: uno era deudor, otro era un rechazado, sucio y enfermo, el último un endemoniado con el que nadie poda convivir. Tal vez las personas con las que convives se encuentren dentro de estos parámetros, pero ahora tienes un nuevo corazón, conforme al de tu Padre, lleno de amor y misericordia, esperando a ser desbordada en la gente que tanto la necesita. Recuerda que el Señor ya pagó todo lo que debías y te recibió en su casa así como estabas. Recibiste de gracia, hoy es tiempo de dar de gracia. Padre, gracias porque eres rico en misericordia y por el gran amor con que me amaste, me diste vida juntamente con Cristo, cuando me encontraba muerto en mis delitos y pecados, me resucitaste y me hiciste sentar en los lugares celestiales, para mostrar las abundantes riquezas de tu gracia en tu bondad para conmigo en Cristo Jesús. Por gracia, como un regalo tuyo soy salvo y por gracia llevaré tu misericordia y tu amor adondequiera que vaya, en el nombre de Jesús, amén. Compártelo Creí, por lo cual hable

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