Lo primero es arrepentirse

Lo primero es arrepentirse. En su plan original, Dios creó la tierra para ser habitada y gobernada por el hombre, en su representación. Adán y Eva tenían el encargo de crecer, multiplicarse y señorear, es decir gobernar sobre todo lo creado. El deseo de Dios era establecer su reino en el planeta y llenarlo de súbditos. Los hijos de Adán y Eva serían los familiares del Rey. El plan inicial fracasó porque el diablo hizo pecar a Adán, quién traicionó a Dios obedeciendo al enemigo y entregándole con ello la autoridad sobre la humanidad y sobre la tierra. El reino del mal se estableció en el corazón del hombre. Sin embargo Dios tenía diseñado su plan redentor para recuperar a la humanidad, por lo que cuando vino el cumplimiento del tiempo, apareció Juan el Bautista anunciando la llegada del Rey del cielo; apremiando al pueblo a arrepentirse, es decir a disponerse a cambiar su forma de pensar por la nueva mentalidad del reino de Dios. En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea, 2 y diciendo: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado. 3 Pues éste es aquel de quién habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus sendas. Mateo 3:1-3 Padre, gracias porque a pesar de que sabías que el hombre te iba a fallar, diseñaste un perfecto plan para que pudiera recuperar mi relación contigo y ser hecho tu hijo, por el sacrificio de Jesús. Hoy me arrepiento de mi forma de pensar contraria a tu reino y me dispongo a obedecerte y a llevar tu mensaje de arrepentimiento y reconciliación, en el nombre de Jesús, amén. Recuérdalo siempre, Cristo te ama. Saludos y bendiciones.