Wednesday, September 20, 2017

El llamado de adentro.

El llamado de adentro.

A Dios le consume una carga que debiera consumirnos también a sus hijos; la carga por los perdidos. El apóstol Pablo estaba dispuesto a que los israelitas conocieran al Salvador. Podemos pedir a Dios que nuestro corazón se apasione como el suyo, que sintamos lo que siente por los que no le conocen; que comprendamos mejor el gran precio que Cristo pagó por la salvación de la humanidad.

Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, 2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne. Romanos 9:1-3

Cuándo fue la última vez que lloraste por un pecador, que oraste por su salvación? Hay tantos a nuestro alrededor que nunca han escuchado el mensaje sencillo y poderoso de la salvación que hay en Cristo.

Padre, gracias porque me quitaste el corazón de piedra y pusiste un corazón de carne dentro de mí, conforme al tuyo. Un corazón que es capaz de compadecerse de los demás y que desea que cada vez más personas sean salvadas y reciban tu amor. Hoy renuncio a ser cegado y distraído por mis deseos y circunstancias, pues sé que mi vida está en tus manos y tu tienes cuidado de mí, mientras me enfoco en llevar a tus hijos, mis hermanos, a tu casa. En el nombre de Jesús, amén.

   Creí, por lo cual hable
          Compártelo

No comments:

Post a Comment