El corazón del Padre.

El corazón del Padre.

En la parábola del hijo pródigo, nos enfocamos por lo general en el hijo que dilapidó la herencia. Sin embargo hoy atraeremos la atención sobre el hijo mayor que se quedó en casa, pero cuya reacción al retorno de su hermano, nos muestra cuan poco conocía realmente a su Padre.

Veamos cómo responde:

Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Más él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo.
31 Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Lucas 15:25-30

El Señor Jesús te muestra en esta historia cómo es Dios. Por la manera en que recibió al hijo pródigo, puedes ver que es amoroso, misericordioso, perdonador; que se alegra cuando regresas a Él. También es un Padre que restaura la posición perdida. Pero en las palabras que le dirige al hijo mayor,  revela dos grandes privilegios que tienes como hijo(a): Su presencia y herencia.

Padre, gracias porque Jesús abrió el camino para que pudiera vivir en tu presencia. Revélame por tu Espíritu Santo, los beneficios que, como hijo tuyo, me has otorgado, fortaléceme con poder en mi interior por tu Espíritu, para que sea capaz de conocer tu amor y mis privilegios, en el nombre de Jesús, amén.
       Creí, por lo cual hable
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