Hablar, hablar, hablar tu palabra.

Hablar, hablar, hablar tu palabra.

Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca,  me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. 11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro. 12 Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.
Jeremías 1:9-12

Hay que hablar la Palabra, declararla de continuo sobre nuestra vida y circunstancias, de otra manera no sucede nada. Los milagros y las señales siguen a la Palabra. Hemos sido llamados a plantar el evangelio en la vida de nuestro prójimo; arrancando, destruyendo y arruinando las obras de las tinieblas. La única manera de hacerlo es hablando, declarando la Palabra.

¡Así que abre tu boca! El principio de la salvación es creer con el corazón y confesar con la boca, es decir hablarlo. Habla la Palabra, créela, vívela y compártela regularmente. Mientras más la hables, más la creerás porque:
Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
​​​​​​​Romanos 10:17

Padre, tu plan nunca fue que viviera en un mundo lleno de maldiciones. Fui creado para ser bendecido y para ser bendición para otros, para hablar bendiciones que traigan como resultado vida, fructificación, abundancia, multiplicación. Hoy escojo hablar bendición y no maldición y detener el impacto que la maldición ha traído sobre mi vida y la vida de mis seres amados. Perdóname por haber usado mal este don que me has dado, me arrepiento de no haberlo aprovechado. Espíritu Santo unge mi boca para que cada palabra que hable traiga tu ayuda y la bendición del cielo. En el nombre de Jesús, amén.
         Creí, por lo cual hable
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