Jesús es el Cristo.

Jesús es el Cristo.

Él les dijo: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. 18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Mateo 16:15-19

Las puertas del infierno no prevalecen contra aquél que tiene esa revelación y la usa. Esta revelación nos da las llaves del reino de los cielos, es decir la autoridad para atar las tinieblas y desatar las bendiciones del reino en la tierra. Las llaves representan la autoridad para abrir puertas de bendición y cerrar puertas de maldición. ¡Así es!

No busques convencer al diablo para que se vaya de tu vida y circunstancias porque  no se va a ir, a menos que lo ates y lo eches fuera por la fuerza. Atalo, inmovilízalo, que suelte lo que te pertenece y échalo fuera. Tienes a Jesucristo, Él es tu Señor y te ha dado las llaves, la autoridad para hacer valer su triunfo en tu vida y circunstancias.

Juan 17:22-23 Traducción en lenguaje actual (TLA)
22-23 Yo les he dado a mis seguidores el mismo poder que tú me diste, con el propósito de que se mantengan unidos. Para eso deberán permanecer unidos a mí, como yo estoy unido a ti. Así la unidad entre ellos será perfecta, y los de este mundo entenderán que tú me enviaste, y que los amas tanto como me amas tú.

Padre, ¡qué venga tu reino a mi vida y se haga tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. En el cielo no hay muerte, enfermedad, dolor, depresión, miseria. Tú eres bueno y mandaste a Jesús para que yo tuviera vida en abundancia. Yo declaro que en mi vida hay lo que hay en el cielo: gozo, paz, abundancia, multiplicación, salud.  Diablo: hasta aquí llegaste. Suelta mi vida. En el nombre de Jesús, amén.
        Creí, por lo cual hable
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