Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?14 Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.15 Él les dijo: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente 17 Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.18 Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Mateo 16:13-19
Cuando tienes la revelación de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente y lo confiesas con la boca… entonces, viene la respuesta del cielo: Y yo también te digo… Los cielos se abren, las llaves te son entregadas, te conviertes en autoridad en la tierra; y todo lo que ates será atado y lo que desates será desatado. Tú no celebras al “niñito Jesús” y mucho menos a “Santa Clós”; celebras a Jesús resucitado, al Hijo del Dios viviente. Esta revelación te lleva a la vida eterna y te
abre las puertas de la Bendición
Padre, hoy mi lengua rompe el techo de mi boca. Mis enemigos son hechos el estrado de mis pies. Las promesas que me has dado me llevan mucho más allá de mis expectativas. Toda autoridad ilegítima que ha invadido mi vida es suplantada por tu favor. Mi derecho y posición en tu reino están en ti. Me has hecho digno y me moveré en lo que tú eres en mi y en lo que Jesús ganó para mi en el Calvario. ¡Yo creo que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente! En el nombre de Jesús, Amén
El Señor es mi Pastor nada me Faltará
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