Jesucristo es mi Abogado defensor.

Jesucristo es mi Abogado defensor.

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. 1a Juan 2:1

Jesucristo es nuestro abogado justo. Él pagó por nuestra libertad y clamó en la cruz: Consumado es. El precio está pagado, la obra está terminada y no permite que lo que nos fue dado, nos sea quitado.

¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Romanos 9:34

Pero el adversario, el diablo, es  el acusador, te demanda y te acusa para que no recibas lo que te pertenece. Trae un legalismo, un pecado y solicita que se cumpla la paga que es muerte. Necesitas comprender esto, porque hay muchas situaciones de tu vida, en las que has orado por años y no encuentras respuesta, por la raíz espiritual, la puerta en donde le diste legalidad al diablo para mantenerte esclavo, pobre, enfermo, etc. El acusador presenta argumentos legales para detenerte y que no se cumpla el propósito de Dios para tu vida.

Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición nunca vendrá sin causa.
Proverbios 26:2

Padre, gracias porque al presentar mi caso en tu corte, mi Abogado me defiende, su sangre habla a mi favor y tú, el Juez, me haces justicia. Me declaras perdonado, absuelto, limpio, sano, próspero, feliz.
 En el nombre de Jesús, amén.
Declara conmigo: Señor yo lo creo y lo recibo en el nombre de Jesús.
    Creí, por lo cual hable
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