Me alimento de tí, Señor

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. 36 Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis. 37 Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. 38 Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Juan 6:35-38

Fuimos creados por Dios con un vacío interior tan grande, que solamente puede ser llenado por la presencia de Dios en nuestro interior. Su Palabra dice que una vez que hemos aceptado a Jesucristo como nuestro "ÚNICO" Señor y Salvador, recibimos al Espíritu Santo y nos convertimos en su templo. 

Amada familia, los cielos de los cielos no pueden contener la presencia de Dios, mas te escogió como la morada de Sú Espíritu Santo. Es por esto que no hay nada en la tierra que te pueda saciar: amor humano, drogas, posesiones, sexo. Siempre te sentirás con un inmenso vacío, hambriento y sediento. El único alimento que satisface esta gran necesidad, es Jesús mismo: El Verbo de Dios, Su bendita y preciosa Palabra.

Ora conmigo: Padre, como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Tí, del Dios vivo; Solamente Tú puedes satisfacer mi necesidad, lléname de Tí, de Tu presencia, de Tu amor, en el nombre de Jesús, yo te lo pido, y lo creo y lo recibo ahora, amén.

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