Cambiar lo terrenal por lo celestial

Cambiar lo terrenal por lo celestial

Cada vez que oramos por una persona o llevamos un alma a confesar a Cristo, cuando visitamos a un enfermo o a un preso, al compartir nuestro pan con el hambriento, cada vez que damos un abrazo de aprecio o invertimos dinero en apoyar la obra del reino; estamos intercambiando nuestros recursos terrenales (tiempo, talento y dinero) por riquezas celestiales.

Sin embargo, la salvación es por gracia, por medio de la fe en el sacrificio de Cristo y no por nuestras obras.  Aunque como resultado de nuestro amor y fe sincera en el Señor, comenzaremos a realizar “buenas obras”. Los hijos de Dios damos fruto, llevando a cabo muchas acciones que testifican del cambio operado por su amor en el corazón.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Efesios 2:10

Eres testigo de Jesús, la Biblia viviente que muchos leerán. Lo que haces con tu tiempo y tu dinero, es muestra de lo que haces con tu vida. Si reconoces que no has cambiado lo suficiente, regresa a la cruz y mírate ahí, muerto a tu vieja vida juntamente con Cristo; y así resucitarás a la nueva.

Padre, gracias por la salvación que me has dado en tu Hijo Jesús. Hoy decido cambiar lo terrenal por lo celestial. Invertir todo lo que soy y tengo en el camino de buenas obras que has preparado para mí, en el nombre de Jesús, amén.

2017 lluvia de bendiciones y nuevos comienzos.