Las barreras de Adán.

Las barreras de Adán.

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Génesis 3:7-8.

La auto protección surgió como mecanismo de defensa frente al dolor y la realidad de sus nuevas circunstancias de vida. Es muy duro para el hombre pararse sabiéndote culpable y avergonzado de sus actos. Adán echó la culpa a la mujer.

Reconocer (descubrirse voluntariamente), arrepentirse, es para muchos aterrador, es como morirse, pero es la única salida.

El dolor nos engaña: Enfrentar la realidad es doloroso. Me equivoqué, te ofendí, te fallé, hice algo indebido.

Dios mismo desde entonces, les proveyó una cubierta de pieles de animales sacrificados “para cubrir” sus desnudeces. 

Génesis 3:21.

En Cristo, Dios nos vuelve al estado original de sabernos protegidos, perdonados, guardados y revestidos de Cristo.

Su sacrificio consiste en que de una vez por todas cubrió nuestra desnudez.

Nuestras desnudeces son cubiertas con su gracia, sangre, amor y perdón

¡Qué fuerte puede ser, muchas veces, enfrentar la verdad! Pero más fuerte aun es vivir una vida de opresión, de tormento, de angustia, de dolor. Cuando el Espíritu Santo descubre las barreras que están actuando en tu vida, puedes tener dolor, pero recuerda que esta vez será sólo momentáneo pues:

y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

Juan 8:32

​Padre, gracias porque tu Espíritu Santo me guía a toda verdad. Durante mucho tiempo he vivido en el engaño, tratando de cubrir mis faltas y sólo he encontrado dolor y sufrimiento. Hoy enfrento cada barrera que he puesto para que tu amor sea manifiesto en mi vida en toda su plenitud, quedan expuestas y derrumbadas, en el nombre de Jesús, amén.

Amado hermano (a) yo te amo y bendigo.