Jesús se identificó conmigo.

Jesús se identificó conmigo.

Haciéndose primeramente ser humano, y tomando nuestro lugar en el juicio de la Cruz: Fue rechazado y despreciado, para que fuésemos aceptados. 

Fue herido físicamente, para sanarnos de la enfermedad. Se ofrendó por nuestro pecado, para expiarlo y justificarnos.

Nuestro pecado fue cargado sobre Él.

Se hizo maldición para que recibiésemos bendición. 

Se hizo pobre para enriquecernos: La maldición de la pobreza incluye hambre, sed y desnudez, esterilidad. 

Murió por nosotros para darnos vida nueva y eterna. 

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Romanos 5:6-8.

Identifícate con Su muerte, fuiste crucificado juntamente con Él. Con Su sepultura, fuiste sepultado con Él. Con Su resurrección, fuiste resucitado a una nueva vida. Por Su ascensión, estas sentado juntamente con Él en los lugares celestiales, compartiendo Su autoridad y Su gobierno.

Padre, hoy creo y confieso lo que tú dices que tengo y lo que Tú dices que soy. Soy libre del pecado y la condenación, soy libre de la enfermedad y del dolor por lo que Jesucristo hizo por mi. Soy libre de la maldición de la pobreza, del rechazo. Hoy callo mis labios a toda confesión de fracaso, derrota, enfermedad y miseria y declaro que la obra consumada de Jesús en la cruz se activa en mi hoy. En el nombre de Jesús, amén.

Señor yo lo creo, lo recibo y no acepto nada a Su bendiga y preciosa palabra.