Dios quiere prosperarte.

Dios quiere prosperarte.

Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3 Pues mucho me regocijé cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad. 4 No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.

3a Juan 2-4

 Muchos siglos de religiosidad dejaron en la mente y corazón de la gente, la creencia de que “pobre” es sinónimo de “santo”. ¡Mentira! La prosperidad es parte la de la naturaleza de Dios y bíblicamente hablando, es la satisfacción de todas las necesidades de la persona (espíritu, alma y cuerpo), por un Dios que nos ama y que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo dio para salvarnos. Nuestro Padre no es escaso, sino pleno de recursos para su familia y para la extensión de su reino. Dios no está en crisis ni en bancarrota. 

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Juan 10:10

Jesús te prometió vida abundante en todos los sentidos: abundancia de revelación, sabiduría, amor, paz, alegría, santidad, trabajo, finanzas, armonía en tu familia y en tus relaciones. Salud física fuera de lo común y fruto más allá de toda medida. En pocas palabras, plenitud y superávit, más allá de tus expectativas.     

Padre, gracias porque abres mis ojos a la verdad, y ésta me hace libre. Renuncio a la mentira que me ha mantenido en pobreza, escasés, derrota, tristeza, mediocridad. Creo en ti Señor, y en lo que has hecho y harás en mí. Te doy la gloria y la honra y declaro lo que dices en tu Palabra: sé que hay paz en mi tienda, visitaré mi morada, y ¡nada me faltará! En el nombre de Jesús.  Amén.     

Si está escrito es la verdad.

Yo te amo y te bendigo.