Amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas.

Amar a Dios con todo el corazón, alma y fuerzas.

CON TODO EL CORAZÓN.  Es decir con todos nuestros DESEOS, AFECTOS, CREENCIAS Y DECISIONES. El corazón gobierna nuestra vida, es el centro de mando. Dios quiere gobernarlo, sentarse en el trono para quitar toda impureza y toda idolatría, para hacernos vasos llenos de Él, y así hacer cosas extraordinarias a través nuestro.

Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Mateo 5:8

AMARLE CON TODA EL ALMA. El alma y el corazón son como inseparables. Dios quiere sacar toda mentira y engaño de la mente, quiere alinear toda emoción distorsionada; quiere liberar nuestra alma con su verdad. No tendremos un corazón puro, a menos que nuestra alma sea santificada, renovada con su Palabra. En el alma reside la conciencia y la comprensión de las cosas. Jesús tenía un alma pura.

No se conformen a este siglo, sino transfórmense por medio de la renovación de su entendimiento, para que comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Romanos 12:2

AMARLE CON TODAS NUESTRAS FUERZAS.Cuando le damos al Señor toda nuestra fuerza, nunca nos faltará, al contrario, será incrementada.

El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. 30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; 31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Isaías 40:29-31

Tus creencias sostienen tu fe y definen tus actitudes, tus posturas frente a la vida. Amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y todas tus fuerzas significa que le crees a Él antes que a nadie más.

Padre, gracias porque me quitaste el corazón de piedra, insensible y desobediente y me has dado un corazón de carne, conforme al tuyo, capaz de amarte y obedecerte. Hoy decido quitar de mi vida todas las costumbres del pasado y vivir de acuerdo a mi nueva naturaleza de hijo tuyo, amándote como tú me has amado. En el nombre de Jesús, amén.

  Creí, por lo cual hable.