Amar a Dios me introduce a su dimensión

Amar a Dios me introduce a su dimensión

Al  amar a Dios la realidad del mundo espiritual se hará tangible en nosotros, porque estaremos operando en su naturaleza. La gente se asombrará de las cosas que Dios hará a través de nosotros, iremos más allá de los dones, nuestros pensamientos serán los de Dios, veremos a través de sus ojos, escucharemos a través de sus oídos, hablaremos sus Palabras y nos convertiremos en sus manos y pies, en agentes de avivamiento.

Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre nosotros; Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación. 3 Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben.
Salmo 67:1-3

Amar totalmente a Dios es entregarle incondicionalmente tus facultades, afectos, recursos, aspiraciones, posesiones, ponerlo todo bajo el señorío de Cristo, someterte gozosamente a Él. Tendrás que vencer el amarte a tí mismo y el hacer tu voluntad. Si lo haces podrás comprobar lo que Dios puede hacer con hijos e hijas totalmente rendidos a Él.

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley está en medio de mi corazón.
Salmo 40:8

Padre, yo decido amarte sobre todas las cosas y entregarte hoy mi voluntad. Guardar tu palabra, para que tu amor se perfeccione en mí y andar en la tierra como lo hizo tu Hijo Jesús. No amaré al mundo ni a las cosas de este mundo, pues éste pasa al igual que sus deseos, pero el que hace tu voluntad permanece para siempre. En el nombre de Jesús, amén.

   Creí, por lo cual hable