Conocerás la verdad, y te hará libre Juan 8:32
Hoy me arrepiento.
El Señor nos convence, mediante su Santo Espíritu, de nuestras infidelidades (deslealtades) hacia Él cuando pecamos, haciendo lo que no conviene y lo que está fuera de lo que el Padre quiere para nosotros. Dios ama al pecador pero aborrece el pecado, porque nos destruye, nos mata, nos saca de la bendición.
En el Nuevo Testamento El arrepentimiento es un cambio de mentalidad: “He vivido para complacerme, ahora viviré para Él.” No es emoción, es decisión.
En el Antiguo Testamento El arrepentimiento en la mentalidad judía: Es volverse a Dios. “Dime qué hago.”
El cimiento del arrepentimiento
es el arrepentimiento de obras muertas. Muchos de los problemas de los hijos de Dios son que no se han arrepentido realmente. Medita en lo siguiente:
¿Me he rendido al señorío de Cristo?
¿He sometido mis decisiones y mis puntos de vista?
¿Si hago esto, glorificaré a Jesús?
¿Tengo doble ánimo?
¿Soy inestable?
¿Me he arrepentido de veras?
El lunes complacer a Jesús, martes a mí.
Si no hay cimiento, no puedes construir una vida sólida.
Padre, gracias porque me has perdonado, me has limpiado, me has purificado con tu Palabra Me has dado un valor que no se ve disminuido por las amargas decepciones de las decisiones equivocadas que he tomado. Me arrepiento verdaderamente y recibo tu perdón, en el nombre de Jesús, amén.
Al que cree todo le es Posible
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