Renovación y revelación.
Para renovar nuestra mente necesitamos de la Palabra de Dios que nos enfoca en la mente de Dios, su verdad y su voluntad: ¡en lo que Él es y en lo que piensa! Además de la presencia del Espíritu Santo, quien nos guía a toda verdad. Nos ayuda a que la Palabra escrita (logos) se haga real en nuestra vida (rhema).
… la letra mata, pero el Espíritu vivifica.
2a Corintios 3:6b
El Espíritu Santo toma la Palabra que estás leyendo, escuchando y hablando y la vivifica, revelándote cosas específicas que estés necesitando. Quizá por mucho tiempo escuchaste “Dios te ama”, pero de pronto ¡lo crees, lo sientes y lo empiezas a vivir!
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2a Corintios 3:17-18
Padre amado, hoy me comprometo activamente a renovar mi forma de pensar, renuncio a mis argumentos y costumbres. Decido pensar como tú piensas, sentir como tú sientes y actuar como tú actúas. Te pido que tu Santo Espíritu me alerte de los bombardeos de este mundo, de las filosofías y teorías que buscan alejarme de tu verdad y propósito. Tú eres mi todo. En el nombre de Jesús, amén.
Creí, por lo cual hable
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